El otorgamiento de los beneficios del Estatus de Protección Temporal (TPS) a nicaragüenses, hondureños y salvadoreños no ha tenido como resultado un aumento en la inmigración no regulada de acuerdo con datos analizados por el Center for American Progress.
El Centro analizó datos de las detenciones de inmigrantes de esos países, que sirven como un indicador, los cuales arrojaron que hubo una merma en los años que han seguido a la concesión del TPS, creado hace tres décadas.
Indicó además que las tendencias analizadas de detenciones de inmigrantes de esos tres países generalmente no difieren significativamente de las tendencias de arrestos de nacionales de países fuera de Centroamérica durante un periodo de aproximadamente 10 años tras la concesión del estatus.
«No hay evidencia de un efecto imán» como resultado del beneficio, que se otorga a ciertos países que enfrentan condiciones peligrosas como desastres naturales o conflictos armados, que podrían impedir a sus ciudadanos regresar sin peligro.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) es el encargado de designar qué nacionalidades pueden beneficiarse del programa temporalmente, lo que les permite trabajar legalmente y evitar que sean deportados.
Para octubre de 2020 había aproximadamente 411.000 inmigrantes que se beneficiaban del TPS procedentes de El Salvador, Haití, Honduras, Nepal, Nicaragua, Somalia, Sudan del Sur, Sudán, Siria y Yemen, destaca el Centro.
EFE