Las impresionantes obras de "Sangre Indígena" resaltan la esencia de Guatemala. Ha expuesto en universidades de EEUU. Además, estudia y promueve la cultura, espiritualidad e historia de los pueblos mayas a nivel global. ¡Entra a leer y conoce su historia!
José Flores tenía cinco años cuando llegó a Estados Unidos, pero sus recuerdos de infancia en su natal Guatemala los tiene resguardados en la sangre y el corazón.
Te puede interesar
El amor por la identidad y la historia de su país los plasma en pintorescas obras de arte, muchas de las cuales han sido adquiridas en Alemania, Inglaterra, Canadá, Australia y la Unión Americana.
Su papá era originario de Nuevo San Carlos, Retalhuleu y su mamá de la capital. La familia llegó a Estados Unidos cuando los cuatro hermanos eran pequeños.
“Mi padre siempre nos recalcaba que nunca olvidemos de dónde venimos. Qué estar aquí no nos impidiera promover nuestra esencia cultural, raíces e historia”, recuerda Flores, quien reside en Long Island, al sureste de Nueva York.
Su padre, Juan Flores Calderón falleció cuando José apenas tenía 18 años. Pero sus palabras y peticiones nunca fueron olvidadas por el artista. Desde muy pequeño cada vez que tenía oportunidad indagaba o investigaba acerca de la cultura guatemalteca.
José Flores traza pinceladas mayas
Hoy en día, José es un pintor reconocido internacionalmente, no solo por plasmar en lienzos la belleza y el colorido que distingue a su país, sino por estudiar y promover la cultura, espiritualidad e historia de los pueblos mayas.
Sus trabajos pueden ser visualizados y adquiridos por medio de su página Sangre Indigenaart, en la cual también hay variedad de artículos con estampados originales. Además, hace exposiciones en galerías de arte.
Su talento y experiencia las adquirió por sus propios medios y se considera un pintor “autodidacta”. Si bien desde niño ya creaba piezas propias, fue hasta hace ocho años que ha dedicado más tiempo a su trabajo artístico, el cual combina con el de gerente de una sucursal de un reconocido fabricante de tecnología.
En su hoja de vida también destaca su obra Pequeño Quetzal, que fue ganador de un concurso promovido por el American Latino Museum en el que participaron más de 300 piezas a nivel Estados Unidos.
También ha hecho lecturas en las universidades de Washington y Princengton, Nueva Jersey. Actualmente trabaja en una colección acerca del Popol Vuh que será exhibida en octubre próximo en North Port, Nueva York.
Más allá del arte
La sangre indígena de José va más allá del arte, pues también ha donado piezas para obras benéficas, entre ellas, para apoyar a comunidades afectadas por la tormenta Eta, a familiares del investigador indígena Domingo Choc, y a grupos que ayudan a comunidades guatemaltecas.
También participa activamente como voluntario en las organizaciones: Consejo Nacional de los Pueblos Indígenas en la Diáspora (Conpid), Desarrollo Sotenible para Guatemala (Desgua), y Mayan League.org
En busca del conocimiento tuvo una charla con la “nana Teresa” de Quetzaltenango, y ella pronunció unas palabras que fortalecieron su motivación por el trabajo que realiza. “Me dijo que este era mi camino y eso me ha marcado”, recuerda con una sonrisa, mientras observa sus piezas artísticas.
La última visita a su tierra natal la hizo hace dos años, resalta lo sorprendente del lago de Atitlán y lo majestuoso del Gran Jaguar en Tikal, Petén. Además de los deliciosos tamales chapínes y los tamalitos de chipilín.