La tecnología ha sido un gran aliado para la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos (CBP, en inglés), para detectar migrantes que cruzan de forma irregular la frontera.
Los pequeños drones vuelan sobre el muro que divide EE. UU. de México y los desiertos en los estados al límite del territorio estadounidense, en busca de indocumentados.
Desde una oficina, los agentes de inmigración pueden detectar el movimiento de quienes intentan llegar a poblados y mezclarse con los residentes para comenzar una nueva vida de forma irregular.
Sin embargo, los drones no solo han servido para detener, sino también para auxiliar a los migrantes, principalmente centroamericanos, que son la mayoría de los aprehendidos, cuando tienen un accidente en el desierto.
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En los últimos días han sido encontrados 40 migrantes en el valle del Río Grande en Texas, por medio del uso de la tecnología.
Los drones, conocidos como sUAS (small unmanned aircraft system/sistema de aeronave pequeña no tripulada) son portables y dirigidos a control remoto por los agentes fronterizos.
La Patrulla Fronteriza prueba estos dispositivos en la frontera desde el 2018, que antes eran empleados en tareas militares como vigilancia o seguimiento de sospechosos.