Miles de guatemaltecos visitan al santo pagano "Maximó", mientras la iglesia católica celebra a San Judas Tadeo.
Decenas de devotos guatemaltecos y fieles al santo pagano San Simón o «Maximón» celebraron su día el pasado jueves 28 de octubre al ritmo de mariachi, en el templo construido en su honor en el municipio de San Andrés Itzapa, a 53 kilómetros al oeste de la ciudad de Guatemala, ubicado en el departamento de Chimaltenango.
Cada 28 de octubre los religiosos celebran al santo creado a partir del sincretismo religioso de la cosmovisión maya y los santos católicos, en el día que el calendario católico se celebra a San Judas Tadeo, los fieles a «Maximón» celebran esta fecha llevando ofrendas a su iglesia.
En su mayoría llevan dinero en efectivo, alcohol y puros de tabaco. Como Alejandro, un devoto de la localidad, quien reside a unos 6 kilómetros del templo de «Maximón», que pagó un mariachi que tocó durante una hora las canciones regionales, al tiempo que otros devotos aprovecharon para cargar las imágenes a San Simón y bailar abrazándolas a ese ritmo, dentro del templo.
Otra seguidora, Ingrid, una mujer de 30 años, bailó y cantó la canción «Amor eterno» del cantante mexicano Juan Gabriel, mientras sostenía una cerveza.
«San Simón me ha hecho muchos favores, me ha ayudado en mi vida y en lo económico, cada año lo celebro», dijo.
Guatemaltecos celebran en templo
El templo de San Andrés Itzapa fue construido en 2011 en honor a San Simón, para realizar ceremonias espirituales en su honor. Allí se hace las llamadas “limpias”, que devotos pagan a los guías para recibir bendiciones y para magnificar los favores pedidos al santo pagano.
En las paredes del templo hay placas y fotos que los guatemaltecos devotos beneficiados por el favor del santo dejan en agradecimiento por los negocios que lograron construir, por los viajes a Estados Unidos que concluyeron migrantes de forma exitosa e incluso por la compra de vehículos o conquistas amorosas.
San Simón es representado en figuras como un hombre indígena, de mediana edad, vestido elegantemente con un traje negro, corbata y un sombrero. Usualmente también se le colocan puros en la boca y anteojos oscuros.
Sus seguidores fuman puros ante él o piden ser «despojados» y «protegidos» en una ceremonia de aspersión de alcohol que oficia un sacerdote o chamán del templo.
El simbolismo de San Simón raya entre el bien y el mal, entre la religiosidad y los vicios, y las fiestas en su honor, que se prolongan hasta el 1 de noviembre, cuando se celebra el Día de Todos los Santos en el país centroamericano.
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