Los guatemaltecos recuerdan las palabras de aliento del entonces presidente Kjell Eugenio Laugerud García, con motivo del desastre.
La madrugada del 4 de enero 1976, los guatemaltecos fueron despertados de manera abrupta. Era miércoles y a las 3:03:33 horas ocurrió un terremoto que alertó a toda la ciudadanía.
Después de 46 años, siguen en la memoria de los chapines las palabras del general Kjell Eugenio Laugerud García, presidente de la República:
«Guatemala está herida, ¡Pero no de Muerte!».
Más de cuatro décadas han pasado, pero todavía existen recuerdos de la fría madrugada que pasaron miles de guatemaltecos, entre niños, adolescentes, adultos y personas de la tercera edad.
La oscuridad sumó al desconcierto por lo ocurrido un toque de falta de esperanza, pues muchos perdieron a sus familiares con el movimiento telúrico.
En la web existen varios documentos que se refieren a la devastación que dejó el terremoto.
Las cifras oficiales detallan que hubo:
- 23 mil muertos.
- 76 mil heridos.
- 3 millones 750 mil damnificados.
Los daños que se reportaron en la infraestructura se calcularon en 1 millón de casos: vivienda, puentes, carreteras y edificios fueron muestra del evento natural.
Todo representaba el estado del territorio nacional, después de los 49 segundos que duró el movimiento que tuvo una magnitud de 7.5 grados Richter, según se estableció de manera oficial.
Siguieron ocho réplicas de menor intensidad, pero esas seguían causando temor entre los guatemaltecos.
Están preparados los guatemaltecos
Todavía hay áreas de vulnerabilidad en todo el territorio guatemalteco, debido a la concentración humana en diversos sectores.
Cada año, las autoridades organizan un simulacro de desastre con motivo del aniversario del histórico terremoto de 1976.
Sin embargo, la desigualdad en el país centroamericano señala que de ocurrir un desastre natural de igual magnitud, habría daños que se representarían el altas cifras.