Más de 50 migrantes fallecieron en la tragedia de tránsito ocurrida en Chiapa de Corzo, en Chiapas, en México.
Celso Juaquin Escum Pacheco, un guatemalteco de 33 años, no puede olvidar la tragedia de la cual sobrevivió, a inicios de diciembre del año pasado.
El chapín era una de las más de 150 personas que viajaban escondidas y hacinadas en una caja metálica jalada por un cabezal, quienes hacía varios días habían emprendido su camino hacia Estados Unidos.
Las imágenes, los sonidos, el dolor, la angustia y el sufrimiento, todavía pasan por la mente del guatemalteco, y se activan con un mínimo esfuerzo.
«Al escuchar los ruidos y los frenazos (de los camiones), es como si yo estuviera en el camión y viviendo la tragedia de nuevo. Grito. Dos o tres veces me pasó esta semana», dijo en una entrevista.
Celso es originario de Santa Lucía Utatlán, pequeño sitio que se localiza en el suroccidental departamento de Sololá. La tragedia ocurrió el jueves 9 de diciembre de 2021 y los últimos 60 días el guatemalteco los ha pasado en recuperación en su casa.
El hecho tuvo secuelas tanto físicas como mentales en el sobreviviente, además de familiares y económicas.
Dos meses de la tragedia
Han pasado dos meses desde que ocurrió la tragedia en el sur de México, y el saldo fatal fue de 56 personas fallecidas.
El Instituto Nacional de Migración (INM) de México difundió un comunicado de prensa el pasado miércoles 2 de febrero, en el cual se dio a conocer que se había completado el proceso de repatriación de los restos mortales de las víctimas del accidente.
Según la nota, entre los fallecidos había:
- 42 guatemaltecos.
- 12 dominicanos.
- 1 salvadoreño.
- 1 ecuatoriano.
Además, se otorgaron visas humanitarias a decenas de sobrevivientes del siniestro vial, para que puedan transitar por el territorio mexicano.