La incesante ola migratoria que azota la frontera entre México y Estados Unidos, pone en alerta a los albergues que ya no tienen espacio, además existe alerta máxima por contagios de coronavirus.
Albergues e iglesias que apoyan a migrantes en la ciudad de Matamoros están al límite de su capacidad.
Estos centros se encuentran en una encrucijada por el arribo de centenares de migrantes en los últimos meses que buscan cruzar a Estados Unidos.
Un campamento cerca del río Bravo llegó a albergar hasta 2 mil 000 personas.
Este campamento fue desmantelado hace unos meses pero el fenómeno migrante permaneció.
Albergues colapsan
«Sobrepasaron el nivel de gente que puedo ayudar», dijo el pastor de la Iglesia Viento Recio, Víctor Barrientos.
El templo contaba hace un mes con 300 personas, muy por encima de su capacidad ideal.
Ahora atiende a unas 80 personas tras canalizar a decenas de migrantes.
El líder religioso incluso instó al Gobierno municipal a abrir espacios, como una piscina pública, para que puedan hospedarse allí.
Los migrantes, principalmente centroamericanos, tuvieron que salir a la calle con sus pertenencias para buscar un nuevo lugar donde cobijarse, por falta de espacio.
Algunos pasaron la noche en la calle y pernoctaron en los techos de las viviendas que rodean el sitio.
De Matamoros han pasado a Estados Unidos 2 mil 377 migrantes que formaban parte del Protocolo de Protección de Migrantes (MPP, en inglés) o «Remain in Mexico» (Permanecer en México). EFE