El gasto para la asistencia de los migrantes ha sido muy alta y el Gobernador de California afirma que ya no tiene capacidad de mantener los centros.
Durante todo el día, y a veces hasta altas horas de la noche, buses y furgonetas llegan a tres centros de reconocimiento médico financiados por el estado cerca de la frontera sur de California con México.
En los centros médicos, según explican los coordinadores, los migrantes reciben máscaras para protegerse de la propagación de enfermedades infecciosas, además de agua y comida. Los médicos les hacen pruebas para detectar el coronavirus, les ofrecen vacunas y aislan a los que dan positivo.
Los solicitantes de asilo reciben tratamiento para las lesiones que puedan haber sufrido durante el viaje y se les realizan pruebas para detectar problemas de salud crónicos, como diabetes o hipertensión.
Pero ahora que el estado, de tendencia liberal, se enfrenta a un déficit proyectado de 22.500 millones, el gobernador Gavin Newsom ha declarado que California ya no puede permitirse mantener los centros. En enero, el demócrata propuso eliminar gradualmente algunos servicios médicos en los próximos meses y, finalmente, reducir el programa de asistencia a los migrantes, a menos que el presidente Joe Biden y el Congreso intervengan con ayuda.
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Difícil camino
California amplió los servicios de salud de su programa de asistencia a migrantes durante la fase más mortífera de la pandemia de coronavirus, hace dos años.
El estado mantiene tres centros de recursos sanitarios —dos en el condado de San Diego y uno en el condado de Imperial— que realizan pruebas y vacunaciones contra covid y otros exámenes de salud, y atienden a más de 300.000 migrantes desde abril de 2021.
El programa de asistencia a migrantes también proporciona alimentos, alojamiento y viajes para contactarlos con patrocinadores, familiares o amigos en Estados Unidos mientras esperan sus audiencias de inmigración; y el estado ha financiado el esfuerzo humanitario con una asignación de más de mil millones de dólares desde 2019.
Aunque la Casa Blanca declinó hacer comentarios y no ha promulgado ninguna legislación federal, Newsom dijo que era optimista de que la financiación federal llegará, citando "algunas conversaciones muy positivas" con la administración Biden.