Celebración de quince años en la Casa del Migrante, un vals de alegría y unión.
En el corazón de la Casa del Migrante, una historia conmovedora y nostálgica sucedió durante la celebración de los quince años de Nohemí, una joven migrante guatemalteca. En medio de su travesía, encontró refugio en este albergue, donde la unión y la solidaridad crearon momentos inolvidables.
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Vals en medio de la travesía
El salón resonaba con melodías entrañables mientras Nohemí, rodeada de compañeros migrantes y sus padres, inauguraba la pista de baile con un vals de quinceañera. El vals, tradicional en estas festividades, comenzó con la pareja de padres de Nohemí, marcando el compás de una celebración única. Pronto, se sumaron compañeros migrantes, quienes con movimientos llenos de gracia y alegría, demostraron que la solidaridad trasciende fronteras.
Palabras de gratitud y esperanza
En un emotivo discurso, Nohemí expresó su agradecimiento: "Les agradezco a cada uno de ustedes por estar aquí. Gracias a Dios por traernos a este lugar especial, donde se siente el amor". Las palabras resonaron como palabras de gratitud, recordándonos la fuerza que surge de la unión en los momentos más difíciles. El pastel fue compartido y Nohemí repartía porciones entre los migrantes.
La Casa del Migrante, sostenida por las donaciones de la comunidad, aprovechó la ocasión para recordar la importancia de la generosidad continua. Ropa, alimentos y productos de higiene personal son el hilo que teje una red de apoyo para aquellos que buscan un nuevo hogar.
En la danza y el compartir del pastel, Nohemí y sus compañeros migrantes demostraron que, aunque los caminos sean inciertos, siempre hay una luz el camino.