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MIGRANTES | En Guatemala las deportaciones se vuelven una pesadilla

Autoridades mexicanas trasladaron a varios migrantes centroamericanos a El Ceibo, un punto fronterizo que se ubica en La libertad, en Petén.

EFE
20 de agosto, 2021 | 07:56 hs

A Raúl, de 27 años, lo deportaron el miércoles18 de agosto último a Guatemala junto a su pequeña hija, después de buscar sin éxito el «sueño americano». Pero el regreso a casa se ha convertido en una pesadilla para él y miles migrantes centroamericanos que son retornados a un punto fronterizo en el norte del país, en medio de la nada.

Desde hace varias semanas, México inició la deportación de migrantes guatemaltecos, hondureños y salvadoreños en la frontera El Ceibo, un lugar de difícil acceso ubicado unos 600 kilómetros al norte de la capital de Guatemala, en donde los retornados no cuentan con mayor asistencia, a diferencia de otros puntos fronterizos.

Raúl y su hija, junto a más de 500 migrantes, fueron deportados el jueves anterior en seis autobuses, y la mayoría de ellos desconocían que se encontraban en La Libertad, en Petén, una región de exuberante jungla.

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La amargura de Raúl por su situación era similar a la de Vicenta, una mujer de 21 años que tampoco pudo llegar a Estados Unidos y fue deportada por las autoridades mexicanas.

Algunas entidades ya se encuentran en el lugar y han empezado a auxiliar con llamadas telefónicas a los migrantes.

Vicenta fue una de las beneficiadas y decidió llamar a un familiar en Los Ángeles, en EE. UU., para que la ayudara con dinero para regresar a su hogar. La mujer lloraba porque no sabía en dónde se encontraba.

Es el mismo caso de Mynor, un migrante originario de Chiquimula, cercano a la frontera con El Salvador, en el otro extremo de Guatemala. Él viajaba con dos de sus hijos y ahora tiene que buscar la manera de llegar a su hogar, a unos 700 kilómetros de distancia.

Migrantes con niños en brazos

Entre jueves y viernes de la semana pasada, más de un millar de migrantes fueron deportados, muchos de ellos con niños entre sus brazos, además de un alto número de menores de edad.

Al ingresar por la frontera guatemalteca, que colinda con el estado mexicano de Tabasco, los migrantes de diferentes nacionalidades no son registrados ni asistidos, por lo que se desconoce el número exacto de retornados en El Ceibo, en donde un pequeño albergue recibe a algunos de los viajeros.

«Estábamos todos amontonados (en el albergue), muchos tosiendo y enfermos», lamentó Mynor.

Cada año más de 300 mil guatemaltecos intentan cruzar México para llegar de sin documentos a EE. UU., de acuerdo con cálculos de diversas entidades locales e internacionales.

Esperan soluciones

El Instituto Guatemalteco de Migración (IGM) indicó que la deportación a El Ceibo forma parte de los convenios acordados por el país centroamericano.

Sin embargo, la entidad aseguró el miércoles último que analiza las medidas para auxiliar a los migrantes que fueron deportados en El Ceibo y que se llevó a cabo una reunión entre varias autoridades locales e internacionales para abordar la situación.

De acuerdo con la misma fuente, se «espera que en los próximos días» exista un protocolo para la atención de los migrantes deportados en el referido punto fronterizo.

Mientras tanto, los migrantes como Raúl no ven escapatoria al laberinto en el que se encuentran: deben huir de sus países por la pobreza, y si son capturados en México o Estados Unidos, la deportación los deja en medio de la nada.

«Estoy cansado», dijo Raúl, al recordar su intento fallido de llegar a EE.UU., interrumpido al ser detenido junto a su hija en México.

«Éramos un grupo de 125 personas de diferentes países. Los ‘coyotes’ nos movían entre bodegas para acercarnos a EE. UU.», recuerda.

Ahora, el migrante, cuyo viaje por México duro casi tres semanas, tiene que buscar la manera de retornar a su hogar en Guatemala. 

«No voy a volver a intentarlo. Es muy peligroso para mi hija», advirtió Raúl.


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