¡Que alegre! La carreta de refrescantes postres de Nehemías Ajpop es la sensación de una esquina bastante concurrida en Nueva York.
Deleitar en Estados Unidos una sabrosa granizada al estilo guatemalteco es posible para quienes transitan por la 14 avenida y 67 calle de Brooklyn. En ese espacio está la carreta del totonicapense Nehemías Ajpop, quien contra todo obstáculo cumplió el sueño de llevar el sabor melancólico de su infancia al área donde vive desde hace nueve años.
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Todos los fines de semana en una esquina al sur del barrio neoyorquino, coloca su colorido vehículo traído desde Guatemala, el cual contiene jarabes, fruta cocida, golosinas, pepita, chile y limón.
La experiencia de la preparación de las granizadas se vuelve incomparable cuando con un raspador muele el hielo de una tableta gigante de agua congelada, así como se hace en su tierra natal.
El espectáculo es tan llamativo, así como el producto final, que los transeúntes no resisten en detenerse y pedir uno para saborearlo y refrescarse durante el verano que se vuelve más sofocante, entre mayo y agosto.
De acuerdo con el emprendedor, la idea de poner una venta surgió porque en su infancia solía comer granizadas, pero al llegar a suelo norteamericano no había ningún producto similar.
Extrañaba comer eso, era lo que más deseaba en época de calor”, explica Ajpop.
Antojo chapín se vuelve realidad
El antojo se lo contagió a su hermano mayor y ambos pidieron en un restaurante mexicano cercano que les molieran el hielo.
“Nuestro amigo del lugar nos hacía el favor, pero un día que llegué, él estaba molesto y dijo que ya no lo haría, pues su licuadora se había quemado por el hielo”, recuerda entre risas.
A partir de esa experiencia, Nehemías se alió con su primo Juan Martín y ambos buscaron la manera de conseguir los materiales para hacer granizadas y venderlas. Las ofrecían en donde vivían y empezaban a hacerse conocidos ya que también entregaban a domicilio.
Pero Ajpop no estaba satisfecho y quería tener una carreta que ofreciera un producto lo más cercano al chapín y cotizó una carreta en Guatemala, pero los costos eran altos. Comentó la idea con su primo; no obstante, este desistió del emprendimiento debido a otros proyectos personales.
Sin bajar la guardia decidió seguir solo con el negocio; sin embargo, otro obstáculo llegaría. “El costo del envío y los impuestos se habían duplicado, me desmotivé mucho y pensé que no lo lograría”, comenta.
Sus familiares lo motivaron, y fue así como desde hace dos años la carreta de Granizadas chapines recorre las calles de Brooklyn, y se estaciona en un barrio, mayormente latino, en el que paisanos de Nahualá, Sololá; Quiché, Quetzaltenango y Totonicapán son sus clientes asiduos.
También llegan asiáticos e italianos, quienes gustan del hielo molido combinado con jarabes y frutas como piña, fresa, camote, tamarindo y coco con el inigualable toque guatemalteco.